Como pudo
observarse en las propuestas de Oparin y Brack hay dos posibles fuentes de
compuestos orgánicos, el planeta Tierra en sí, y los meteoritos; el hecho que
está claro es que, tales compuestos constituyen la base estructural y funcional
de los sistemas vivientes. En el proceso del origen de la vida, la célula
define el límite entre lo que es vivo y lo que no lo es, lo que significa que
debe contar con una gran complejidad molecular, producto de las reacciones que
se presentaron en la Tierra primitiva en espacios como los mares y charcos.
La célula
está compuesta molecularmente por:
Azúcares, los cuales tienen en su estructura cadenas cíclicas de carbono, grupos
funcionales como aldehídos y cetonas.
Lípidos, de amplia variedad, compuestos
básicamente por grandes cadenas de carbono, y grupos funcionales como los ácidos carboxílicos, ésteres y alcoholes.
Proteínas, compuestas por aminoácidos, los
cuales están constituidos por cadenas de carbono, grupos funcionales como las aminas y ácidos
carboxílicos.
Ácidos nucleicos, compuestos por cadenas cíclicas de carbono unidos a nitrógeno
y azufre, junto con diferentes azucares y otros compuestos.
Es importante tener en cuenta que también
participan otros átomos diferentes al C, H, O y N, como son el S, P, entre
otros.
Tomado de:
Comunidades
de divulgación científico técnica 2009 Recuperado el 7 de noviembre de
2011 de: http://www.elergonomista.com/biologia/cit02.html
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